
Playas
Tailandia es conocida por sus playas paradisíacas de los más diversos tipos. Aguas turquesas, otras más verdosas, algunas más oscuras, pero todas so- ñadas. Por algo han sido protagonistas de películas y más de algunas se han convertido en el fondo de pantalla de algún computador, representando una promesa silenciosa de ser el próximo destino por visitar. Una de ensueño es Railay Beach, que es una especie de paraíso en la tierra por la combi- nación de arena clara, mar verdoso –tibio y transparente–, ambiente rela- jado, frondosa vegetación a la orilla de la playa y acantilados pronunciados que atraen a escaladores de diversos lugares y resguardan este sitio ubi- cado en la península del mismo nom- bre, frente a Krabi, y al que sólo se puede llegar en bote.
Lo más probable es que el mejor pad thai que pruebes sea el que le compraste a esa señora con un carrito en la esquina.

Templos y palacios
Tailandia es mucho más que sus hermosas playas y fiesta, pues también tiene un lado cargado de espirituali- dad. La mayoría de los habitantes son budistas, por lo que hay muchos tem- plos dedicados a Buda. En Bangkok está Wat Pho, donde descansa un im- ponente Buda reclinado, el más gran- de del país, con 46 metros de largo y 15 de alto que está recubierto de lámi- nas de oro. Cerca queda el impresio- nante The Royal Grand Palace, que fue la residencia oficial del rey, y reúne un montón de majestuosas construccio- nes y estatuas, muchas de un dorado tan intenso que al medio día, con su reflejo, te puede molestar la vista.

Locomoción
Si estás en Tailandia, no te pierdas la oportunidad de andar en Tuk Tuk, ese característico triciclo motorizado que te permite ir mirando el paisaje mientras te trasladas de un lugar a otro. Si tienes licencia, arrienda una moto, pues es un medio de transporte popular y bastante usado, por lo que están las condiciones para moverse fácilmente. En el caso de que cruces de Krabi a Railay, de seguro andarás en los tradicionales botes con ofren- das de colores colgando, el clásico de cualquier postal de ese país.
Comer
Comer en la calle en Tailandia es una experiencia sabrosísima. De hecho, debes hacerlo porque lo más pro- bable es que el mejor pad thai que pruebes sea el que le compraste a esa señora con un carrito en la esquina. Suele haber puestos ambulantes con frutas, por lo que hay que dejarse llevar por los aromas y colores. Ahora, si quieres vivir una experiencia a nivel 50 Best también podrás, ya que el N1 de Asia en el ranking está en Bangkok: Gaggan. Debes reservar con varios meses de anticipación. En el listado de este año hay otros ocho restaurantes ubicados en esa ciudad y uno de ellos es Eat Me [33]. Detrás de una fachada que pasa desa- percibida desde Soi Pipat, calle del distrito financiero de Silom, se encuentra este restaurante de luz tenue y decoración frondosa que ofrece coctelería de la casa y una cocina con influencias de diversas partes del mundo. Deliciosa experiencia.

Masaje
Un imperdible de Tailandia. Y hay para todos los bolsillos. En el barrio de Ban- glamphu, en el centro de Bangkok, los ofrecen en la misma calle, a toda hora y a muy buen precio. Por lo mismo, an- tes de ir a algún bar o después de un largo día de caminata, puedes sentarte en uno de los sillones que se encuen- tran a un costado de la vereda y en un par de minutos te dejarán como nuevo. Incluso, te pueden quitar una jaqueca. También hay locales establecidos y en algunos podrás ver desde la calle acuarios con pequeños peces, quienes son los encargados de dejar tus pies renovados. Un masaje mirando el mar, por ejemplo, en Koh Lanta, es una vi- vencia que de seguro no olvidarás.